La exposición Dante x Alonso organizada por el Museo Nacional de Bellas Artes y el Instituto Italiano de Cultura de Buenos Aires, reúne una serie de trabajos del maestro argentino inspirados en la obra del gran poeta Dante Alighieri, a setecientos años de su fallecimiento.
Hace siete siglos, un exiliado de las luchas internas que afectaron al reino de Florencia terminaba de escribir en dialecto toscano el mayor poema teológico de la cristiandad, la Divina Comedia. El canto al amor profano – los amantes Paolo y Francesca, condenados a estar juntos en el Infierno- , la búsqueda de Beatriz- la amada muerta, a la que Dante encuentra en la cima del Paraíso- y la vindica de los injustos de su época- a los que coloca en el infernal montaña invertida- han sido tematizados por las artes durantes siglo.
Carlos Alonso se basó en el último de esos ejes para realizar una crítica al presente.
En marzo de 1968, el artista viajó a Florencia, donde residió durante seis meses con el propósito de llevar a cabo una experiencia inmersiva en el universo de Dante. La pregunta acerca de qué vería Dante hoy, cuál sería su mirada sobre el mundo contemporáneo, llevó a Alonso a realizar más de 250 obras, entre dibujos y collages.
Alonso coloca a Dante como testigo de situaciones críticas, cruzadas por la estética pop y la efervescencia social y cultural que por entonces se vivía en Europa. Las obras presentan múltiples versiones del retrato del poeta, replicado por medio de diversas técnicas, así como escenas inspiradas en diferentes pasajes del Infierno, traídas al presente como prueba de que esos horrores siguen ocurriendo bajo nuevas apariencias y formatos.
Cuando el artista regresó a la Argentina, la empresa Olivetti adquirió varios de esos trabajos, que fueron impresos en publicaciones numeradas de edición limitada, con prólogo del escritor Ernesto Sábato.
El interés por Dante y la Divina Comedia siguió acompañando al artista a través de los años. En 2004, inició una serie de obras sobre papel que denominó Carlos Alonso en el Infierno, con las que reinterpreta nuevamente distintos momentos del poema. Algunas de esas piezas son escenas apocalípticas, multitudinarias y complejas, al estilo de El Bosco, en las que a veces está el propio Dante. Hay en ellas, sin duda, un mayor énfasis en el ejercicio crítico, pues entre aquel momento inicial en los años 60, pleno de esperanza emancipatoria, y el nuevo contexto de crisis, ha sucedido la tragedia de la dictadura en la Argentina, de la que Alonso fue víctima y por la cual, como Dante, conoció el exilio, que sin dudas tenso y resignificar su visión de los infiernos contemporáneos.
Al igual que en otras etapas de su producción, Carlos Alonso opera sobre un clásico para desplegar su mirada descarnada. Las obras de esta muestra conectan dos épocas que, aunque lejanas, demuestran que los horrores y las injusticias continúan replicándose y alimentando las imaginaciones actuales.
Andrés Duprat
Director Museo Nacional de Bellas Artes